Paso 1: Establecer una estrategia clara 

Una estrategia clara es crucial para identificar los objetivos de bienestar de los empleados y alinearlos con los objetivos empresariales de la empresa. El éxito del programa de bienestar también debe medirse para que su impacto pueda continuar después de la inversión real. Es importante que la estrategia incluya no sólo los objetivos, sino también los mecanismos de aplicación.

Paso 2: Esfuérzate por lograr un compromiso positivo

Para estimular el cambio deseado, se necesita una comunicación bidireccional efectiva con el personal, escuchando a los empleados compartir sus problemas y los desafíos o barreras que enfrentan. Se pueden utilizar varias herramientas, como las redes sociales, para aumentar el compromiso. Esto posicionará a la empresa como un empleador responsable que apoya el bienestar de los empleados al tiempo que los facilita en lugar de imponerles iniciativas.

Paso 3: Eliminar los estigmas

Es necesario formar un entorno de apoyo que permita identificar y resolver los problemas antes de que se profundicen. Es aconsejable que los empleadores proporcionen acceso constante a apoyo, en forma de una amplia gama de soluciones, que van desde la consulta psicológica individual hasta el entrenamiento en inteligencia emocional, etc.

Paso 4: Gestionar adecuadamente el entorno de trabajo

Los programas de bienestar deben adaptarse para satisfacer las necesidades pertinentes y evitar que el entorno de trabajo afecte negativamente a la salud física y mental de los empleados. Si el entorno es estresante, por ejemplo, las organizaciones deben considerar si los empleados se están desarrollando en este entorno de trabajo o si tienen dificultades. Si les resulta difícil, es bueno identificar los factores de estrés y hacer ajustes: cambios en las horas de trabajo o la provisión de capacitación y herramientas. La demografía de los empleados no debe pasarse por alto: los programas de bienestar de los empleados tienen en cuenta las diferencias en las necesidades entre generaciones, de ahí la priorización del bienestar financiero y profesional, por ejemplo.

Paso 5: Pon a la persona en el centro. Siempre.

Las empresas deben comprometerse y promover la salud centrada en el ser humano, un concepto que pone las necesidades individuales de los empleados en el centro de los programas de bienestar. Los empleados se comportarán de manera diferente y tomarán decisiones diferentes sobre su salud. La segmentación de las personas en función de los factores que influyen en sus decisiones puede apoyarse en una estrategia de comunicación hacia medidas preventivas, identificación de cambios de comportamiento, etc.